
En las próximas semanas, te voy a presentar una colección de artículos que te revelarán cómo tu estilo social impacta tu liderazgo. Descubrirás superpoderes que ni siquiera sabías que tenías y que te hacen único. Estos superpoderes, cuando se desarrollan y aplican bien, pueden transformar tu liderazgo, mejorar tus relaciones profesionales y ayudarte a liderar con más confianza y empatía.
A lo largo de esta serie, aprenderás a identificar tu estilo social predominante, empezarás a superar sus desafíos y desbloquearás habilidades que te ayudarán a liderar con mayor efectividad. No te pierdas esta serie que inicio hoy con los estilos sociales, sobre los cuales estaré hablando durante los próximos 20 días. ¡Empecemos!
Cuando la búsqueda de la perfección se convierte en una carga: Un camino hacia el equilibrio
Quiero hablarte de una experiencia que quizá te sea muy familiar. Recuerdo a una cliente, Laura, que dedicaba noches enteras revisando informes, buscando ese pequeño detalle que podría estar fuera de lugar. Aunque sabía que el trabajo estaba bien hecho, su necesidad de perfección le impedía avanzar. Para ella, no importaba cuánto esfuerzo pusiera, siempre sentía que algo faltaba, que no estaba a la altura de sus propias expectativas. Detrás de esa búsqueda incansable de la perfección, había un deseo profundo de que su esfuerzo fuera valorado y reconocido. Sin embargo, esa misma necesidad de perfección la llevaba a un agotamiento constante.
¿Te suena?
Puede que te hayas encontrado aplazando una decisión porque crees que no tienes todas las respuestas, o que te esfuerces al máximo, revisando una y otra vez un proyecto, un informe, una presentación, buscando ese pequeño error que nadie más notaría. Y esto no es porque no confíes en tus capacidades, sino porque, para ti, solo lo mejor es aceptable.
Pero, ¿te has detenido a pensar en el costo emocional que esto conlleva?
La búsqueda constante de la perfección, esa necesidad de que todo esté bajo control, puede convertirse en una carga pesada. Este rasgo puede ser una gran fortaleza, pero cuando sientes que estás atrapado en un ciclo de estrés y agotamiento, es natural que te preguntes si vale la pena. Cuando piensas que todo recae sobre tus hombros porque solo tú lo haces bien, y cada detalle parece crucial, puede ser agotador y abrumador.
Si te identificas con esto, es posible que tu estilo sea el Analítico o Correcto.
Este estilo te da la capacidad de ver lo que otros no ven, de anticipar problemas y asegurar la calidad en todo lo que haces. Pero también puede ser una trampa que te lleva a dudar, a postergar, y a sentirte agobiado.
La clave está en el equilibrio
No se trata de dejar de ser quién eres, sino de aprender a soltar un poco, a confiar más en ti mismo y en los demás. A entender que, a veces, lo bueno es mejor que lo perfecto, y que avanzar, aunque no sea con total seguridad, es mejor que quedarse estancado. Lo mejor de todo es que, con la guía adecuada y enfocándote en conocerte mejor, puedes comenzar a aliviar esa carga y encontrar el equilibrio que tanto necesitas.
Un pequeño ejercicio…
Quiero dejarte una herramienta que te ayude a empezar hoy mismo a aligerar esa carga: elige una tarea en la que puedas practicar el soltar. No tiene que ser algo grande, solo un pequeño gesto de confianza en ti mismo y en tu equipo. Déjala ir, y observa cómo te sientes.
El cambio no tiene que ser radical, pero cada pequeño paso cuenta para llegar hacia un liderazgo más ligero, más humano y más auténtico.
Y si has leído hasta aquí y no te identificas completamente con este estilo, ¡no te preocupes! puede que el próximo artículo sea el que revele tu estilo predominante. ¡No te lo pierdas! Si al final de la serie respondes tres preguntas, te obsequiaré un Ebook con esta información y mucho más sobre tus superpoderes.





